Pongámonos en antecedentes. El fin de semana pasado, unos aficionados profirieron cánticos proviolencia machista en el estadio del Betis. No voy a comentar la noticia, que lleva toda la semana generando ríos de tinta electrónica. De hecho, no voy ni a meterme con esos malnacidos. Tampoco voy a atacar a los energúmenos que arropan a Rubén Castro, y se hacen fotos con este supuesto maltratador, como si de un héroe se tratara; ni al club, que ha cargado contra Arguiñano por llamarle «maltratador» en lugar de contra los apologistas de la violencia. Ni siquiera voy a perder el tiempo con aquellos que no hicieron ni hacen nada (sí; la connivencia también es reprochable. Como dijo Martin Luther King, «Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos«).
No merecen la pena. Ni siquiera un mínimo insultito. Que el odio, más odio genera, y no está una para alteraciones. Yo, la mujer ‘anti autoayuda’ por excelencia, he decidido contener mi ira y acogerme a la cultura del pensamiento positivo. Del sí se puede. Del así, sí.
Voy a aplaudir la grandeza de esos hombres feministas que saltaron como resortes ante tamaña afrenta. Que clamaron justicia. Que se mojaron. Que se mojan. Que, día a día, demuestran su amor por las mujeres. Que nos quieren libres. Que luchan por nuestros derechos. Por una igualdad real.

Daniel Craig es Mikael Blomkvist, un periodista feminista, en ‘Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres‘. Póngame dos, por favor.
Lo mínimo que se merecen es un «gracias» por apoyarnos en entornos en que declararse feminista es sinónimo de afrenta. Una alabanza. Que se subrayen sus múltiples virtudes. Entre otras, lo sexis que nos resultan a las chicas. Porque su lista de cualidades es eterna; son más inteligentes, tienen una mayor capacidad empática, son más sensibles, más nobles… Pero, por encima de todo, planea esa sensualidad especial, ese ay, me encanta. Admitámoslo: nos ponen más. Porque hay que follarse a las mentes, y hay determinadas cabezas que no es que no exciten; es que no nos despiertan ni de una siesta.
Imaginemos a ese macho alfa, orgulloso de pertenecer a la manada, fanático de su equipo de fútbol. Esa institución por la que está dispuesto a insultar. A humillar públicamente a una mujer. ¿Quién es una maltratada? «Una puta. Como todas. Todas putas. Porque ahora, hasta las niñas de 12 años son unas guarras. Que pretenden salir, conocer gente. Ser libres. A ver si se va a encontrar a uno mejor que yo».
Uf, qué pereza. Nada menos deseable que yacer junto a alguien así. ¿Qué tipo de placer van a buscar, más allá del de alimentar su ego fálico? En las antípodas, el hombre feminista. Seguro de sí mismo, nos respeta. No le da miedo nuestra liberad. No nos coarta. Conecta. Su mera imagen hace subir la bilirrubina de cualquiera. Y es que no hay nada más morboso que un hombre valiente.
Así que, chicos, va por vosotros:
«Cómo no os vamos a querer, cómo no os vamos a querer,
si nos tratasteis como personas por primera vez…»
(Efectivamente, la poesía nunca fue mi fuerte…).
También te puede interesar:
– A vueltas con las mujeres reales #ThisGirlCan
– Acabemos con los estereotipos de género #LasNiñasPueden
– Deporte, mujeres y viceversa
– #HeForShe: sobre petos, Emma Watson y la igualdad de derechos
Arya
Con muy buenas intenciones, pero has acabado cayendo en algunos tópicos sexistas. Nos pasa a todes, no pasa nada. Pero ¿no deberíamos corregir aquello en que fallamos? ¿Asumir nuestra responsabilidad también?
Hablas de el hombre seguro y valiente, asociándolo con ser feminista y con ser atractivo. Bien, quizás consideres que un hombre cobarde e inseguro debe de ser despreciado por las mujeres, pero te aseguro que no tiene por que dejar de ser feminista. Se puede ser feminista y cobarde, no es incompatible. Ser feminista es creer en la igualdad entre hombres y mujeres, y eso es independiente de que puedas ser una persona insegura y cobarde.
Hay hombres inseguros y cobardes, y esta maravillosa sociedad los desprecia, como inconscientemente has hecho tú. ¿Crees que por que un hombre salga valientemente en defensa de una mujer es más feminista? No lo sabrás, la verdad. Quizás solo interprete el rol asignado como macho. ¿Crees que si un hombre es inseguro, y se atemoriza, entonces no va a poder ser justo con las mujeres? De nuevo, puros prejuicios.
Y si, se que no es eso lo que quieres decir. Pero es lo que has dicho. Por que quieres aplaudir a los hombres feministas, y para ello has querido asignarles virtudes que crees que valoran ¿pero y si no es así? ¿Y si eso es solo una idea impuesta por la sociedad?
Susana Viñuela
Hola Arya,
Gracias por tu comentario. Mi intención es comparar la visión que tiene de la mujer el hombre feminista y el machista. Cuando hablo de valentía y seguridad, me refiero a su falta de miedo de vernos libres, en contraposición con la inseguridad que parece generarle a los machistas.
De todos modos, me parece interesante un debate que propones; ¿se puede ser feminista, y no luchar por ello? Quiero decir; quien más quien menos, todos nos hemos callado en alguna ocasión por miedo al confrontamiento con el grupo. Pero, ¿puedes pensar que quieres igualdad, y no actuar al respecto? Obviamente, no hablo de muestras de gallardía; pero sí que me parece vital tener determinadas actitudes como las que comentan en el link que te dejo más abajo, y que, en mi opinión, serían comportamientos valientes (no deja de ser una actitud que desafía al resto de la sociedad).
http://www.guerrillatranslation.es/2015/02/12/la-proxima-vez-que-alguien-niegue-el-acoso-a-mujeres-ensenales-esto/
Edito y añado: La valentía es un cualidad positiva, tanto en hombres como en mujeres. Así que sí, los hombres feministas que luchan por nuestros derechos son valientes. Al igual que las mujeres que luchan por la igualdad los son. Y la valentía atrae (como lo hace la empatía, una cualidad que se suele atribuir a las chicas y que tienen los hombres feministas). El/la cobarde que no hace nada por cambiar una situación, más que luchar, peca de connivencia. No es una cuestión de rol; es que las personas valientes y seguras de sí mismas gustan.
¡Un saludo!
Arya
Hola Susana. Un hombre al que hacen bulling va a ser inseguro. Un hombre homosexual en una sociedad homófoba, va a ser inseguro. Un travestí va a ser inseguro. Un hombre al que mandan a la guerra va a ser inseguro.
Creo por tanto que sobra el que digas que «las personas valientes y seguras de sí mismas gustan.». Puede que sea tu gusto, y no tiene nada de malo. Pero a mi me gustan las personas inseguras y vulnerables, así que no creas que todes tenemos los mismos gustos.
¿Has oído hablar de las plumas blancas?
http://en.wikipedia.org/wiki/White_feather
Eran unas plumas que las mujeres (incluso famosas feministas y sufraguistas) daban a los hombres que no llevaban uniforme, para avergonzarlos. Así les forzaban a ir a la guerra.
Dices «los hombres feministas que luchan por nuestros derechos son valientes». Dime ¿Te has preocupado alguna vez tu los derechos de los hombres? ¿Sabes que en muchos países el servicio militar sigue siendo obligatorio exclusivamente para hombres? ¿Que la circuncisión masculina en recién nacidos sigue permitiéndose, si estos son varones? ¿Te has preguntado por que ningún hombre se atreve a llevar falda?
Tu amas la valentía en los hombres, y desprecias a los cobardes. No es de extrañar, es lo que la sociedad patriarcal ha hecho siempre.
Me dirás que es otra clase de valentía la que apoyas. Pero usas el mismo lenguaje, un lenguaje que ha hecho mucho daño a los hombres.
Ese lenguaje que usas ha hecho mucho daño a los hombres. Si realmente eres feminista, reconocerás que es cierto y te plantearás si no podrías cambiarlo. No te estoy pidiendo que lo dejes, tan solo que te plantees si podrías cambiarlo por otro que no se parezca tanto al que ha usado siempre el patriarcado.
Si quieres que los hombres rectifiquen ¿no deberías de estar tu también dispueste a rectificar?
Arya
Disculpa, por que quizás me he pasado con mi anterior mensaje. Voy a intentar hablar de mis sentimientos, que seguramente sea más apropiado y comprensible que el mensaje tan agresivo que he escrito antes.
Durante toda mi vida, desde los elementos más machistas y patriarcales de la sociedad, se me ha dicho que como hombre debo de ser valiente. Que como hombre debo de ser responsable. Que como hombre debo de ser seguro. Y no he sido capaz.
Tu intención es otra, es cierto, pero las palabras son las mismas, y duelen. Duelen mucho. ¿Puedes estar segura de que ninguno de esos conceptos que manejas haya sido influenciado por la sociedad en la que vives? ¿Que nada de ese ensalzamiento a la valentía se basa en el ensalzamiento a la valentía que desde siempre ha tenido el patriarcado?
Al final he decidido que prefiero ser cobarde, y si eso te hace verme como machista, lo lamento. Es lo que soy, y me ha costado mucho aceptarme así. Tu me dirás «no, no eres cobarde» ¡Pero es que quiero serlo! Me ha costado mucho el permitirme ser cobarde ¿Por que no puedo serlo? ¿Solo por que a ti, y a la sociedad, no os guste esa palabra?
Dices que las personas seguras gustan. Pero yo no lo soy, así que tu crees que no gusto. No me importa. No voy a volver a levantar la fachada de seguridad esa que te gusta. Hay otros hombres que si son capaces de mantenerla, yo no, y no voy a seguir intentándolo.
Soy muy inseguro, pero gracias a eso he llegado a darme cuenta de que soy asexual y transexual. La sociedad espera que seamos seguros, pero yo prefiero ser inseguro y así poder descubrir quien soy, antes que afirmar con seguridad cosas que realmente desconozco.
Durante treinta años de mi vida creí con toda seguridad ser un hombre. Solo gracias a una inseguridad descubrí que esto no es cierto. Así que nunca renunciaré a ser una persona insegura.
Susana Viñuela
Hola Ayra,
Gracias por tus mensajes. Siento insistir en lo mismo; creo que la valentía (en hombres y mujeres) es una cualidad positiva (y no tiene por qué implicar un acto heroico; el simple hecho de dar una opinión en un foro desfavorable ya dice mucho del valor de alguien. Por ejemplo, en mi opinión, los objetores de conciencia del servicio militar fueron muy valientes). Como feminista, me gusta más una persona que defiende los valores que yo apoyo (con actos como los que muestra el link que te puse más arriba) que otra que, por miedo, calla.
Por otro lado, el que alguien sea inseguro, de por sí, no lo convierte en despreciable (en ningún momento he dicho que desprecie la cobardía; lo que sí hago es alabar a los valientes). Las personas tenemos un abanico de cualidades, y es su conjunto lo que nos ayuda a generarnos una opinión de ellas.
¡Un saludo!
Maricarmen Martin
¿hombres feministas! Especie en riesgo de desaparición que hay que proteger.
Marinus
Compartiendo el mensaje general de tu entrada porque así es como deberían de ser las cosas, me pregunto si es verdad tu titular. Mi experiencia, como la de muchos hombres más, me dice que no.
He compartido miles de horas de mi vida con mujeres (trabajando, amando, sufriendo… viviendo), de caracteres y pensamientos muy diferentes, y en pocas ocasiones me he encontrado con personas como las que describes. Sin embargo, la gran mayoría de todas las mujeres que he conocido reproducían esquemas de pensamiento y acción similares a los de esa masa de machos por desasnar que citas. Si a muchos, (sí, muchos más de los que parece) nos espantan esos machotes del «ven pá cá, que te ví a…», no menos nos repelen esas mujeres que creen que «feminismo» es poder decirle a un tipo «¡ese culito!». Sé que lo que acabo de escribir es una mera anécdota pero, por desgracia, es un buen ejemplo de lo que quiero señalar. Si, como yo he vivido, una mujer tiene a sus hijos y decide que aparca su carrera laboral porque «es en casa donde tengo que estar», flaco favor hace al resto de féminas. Y, si para colmo, es a otras mujeres a las que oyes despotricar con mayor virulencia porque una compañera de trabajo ha pedido un permiso de maternidad…
Que los tíos tendemos a ser unos cafres o poco nos falta para serlo, no es ninguna novedad, como tampoco lo es, por desgracia, que son muchas las mujeres que continúan asumiendo que «celos» son sinónimo de «amor» o que una mujer maltratada «algo habrá hecho». Que en este país de charanga y pandereta, de sacristías y de pocas lecturas, hombres y mujeres reproduzcamos constantemente los estereotipos es algo que a mí no me sorprende. Que se haga apología del maltrato a la mujer me parece «normal» en España. Al fin y al cabo, ¿acaso no son los toros «cultura»?
Por desgracia para tod@s aquell@s que amamos a las mujeres, no abundan las valientes que elijan a la persona sensible, a quien deja crecer porque entiende que no es dueño de nadie salvo de sí mism@…
Eso sí, cuando te topas con aquellas mujeres que piensan, sienten, crean, sufren, disfrutan, ¡viven!, y ¡qué narices!, encuentran «sexy» a un tipo sensible, ¡qué placer en todos los sentidos más maravilloso!
Susana Viñuela
Hola Marinus,
Sí, estoy de acuerdo contigo; efectivamente, en una sociedad machista también hay mujeres machistas. No hay más que ver el éxito de sagas como ’50 Sombras de Grey’ (¡cuya autora es una fémina!)… Será una cuestión de tiempo (espero).
Gracias por tu comentario, ¡un saludo!